viernes, 20 de febrero de 2009

El gen egoísta (Richard Dawkins)

La evolución más allá de las razas o especies, puede estudiarse desde el punto de vista de los genes. Desde esta perspectiva, los seres vivos individuales no somos más que máquinas biológicas programadas como recipientes de genes con el objetivo último de transmitirlos a la siguiente generación. Todas nuestras acciones, incluso las presuntamente altruistas responden al egoísta y único fin de nuestros genes: perpetuarse infinitamente.

Este libro de divulgación lo devoré hace cuatro o cinco años, y no veo mejor momento para comentarlo que el mismo mes en que se cumplen doscientos años del nacimiento de Darwin.
Dawkins es un etólogo (estudioso del comportamiento) y enfoca la evolución de un modo que convierte a todos los seres vivos (incluyendo a los humanos) en autómatas fruto de miles de millones de años de mejora selectiva de los mecanismos de conservación y transmisión de los genes.
Para encontrar un punto de partida totalmente mecánico se enuncia la teoría del replicador: en cierto pasado remoto, surgió una molécula (de hecho podrían haber sido varias) con la capacidad de copiarse a si misma a partir de elementos químicos que se hallasen en su entorno. Si sumamos a esta molécula autocopiada miles de millones de años, que de vez en cuando se producen errores en las copias y que la molécula más eficiente al propagar sus copias sería la que se terminaría imponiendo llegamos al ADN, que a su vez se protege de agresiones externas cubriéndose de capas de proteínas que cada vez van poseyendo funciones más complejas y alcanzamos la célula... más millones de años, más errores en las copias y más selección natural sobre esas copias acaban llevándonos al espectro de todas las formas de vida que conocemos hoy en día.
Otra idea central del libro es la de que, por muy altruistas que consideremos algunos comportamientos animales (incluyendo de nuevo a los humanos) realmente son actos egoístas de nuestros genes ya que se muestra que aunque puedan perjudicar a un individuo concreto, son positivos para la perpetuación de los genes. Por ejemplo: el líder que defiende la manada, realmente está asegurando la supervivencia de muchos individuos con una proporción de genes muy parecidos a los suyos, ante lo cual la pérdida de su propia existencia individual es un pequeño sacrificio que asegura la transmisión de esos genes a futuras generaciones.
Así se explican hechos tan diversos como la diferenciación entre sexos (muy marcada en algunas especies) o las diversas estrategias usadas por los animales para sobrevivir.
A medida que avanza el libro, la estabilidad se presenta como el factor que determinará si una mutación tendrá éxito o no, es decir, la evolución se muestra como consecuencia de un sistema matemático enmarcado en la Teoría de Juegos (sí, esa que desarrolló el matemático John Nash, en quien se basó la película "Una mente maravillosa").
Todo ello se explica de manera asequible al público en general y con numerosos ejemplos de características físicas o de comportamientos de especies animales que ilustran de manera muy clara las tesis expuestas.

Personalmente, es uno de los mejores libros de divulgación que he leído y creo que es una obra indispensable para todo aquél que quiera conocer la evolución desde un enfoque diferente al expresado originalmente por Darwin.

Mi calificación: muy bien

2 comentarios:

Anónimo dijo...

De Dawkins he leído The God Delusion, y me quedé con ganas de leer éste para aclarar algunos conceptos.

Enguivuck dijo...

Ojalá Dawkins hubiera seguido investigando la memética, que hubiera seguido la línea de "El Gen Egoísta". La ciencia, vamos.
Lamentablemente el resto de su obra se limita a haces proselitismo.

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